Después de ganar las primarias republicanas de New Hampshire, el expresidente Donald Trump se quejó de su principal rival republicana, la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, sobre temas como inmigración, inflación y de su probable oponente en noviembre, el presidente Joe Biden.
Trump no deslizó por ningún lado sus frecuentes alegaciones sin fundamento de fraude electoral.
Esto continúa un patrón para el candidato, mientras avanza a toda velocidad por las primarias presidenciales del Partido Republicano y hacia una cada vez más probable revancha con Biden en noviembre.
¿Fraude electoral?
Si bien Trump generalmente se abstiene de alegar fraude electoral en las elecciones que gana, dedica mucho tiempo a sentar las bases para denunciar fraude en caso de perder una próxima votación.
Ya lo ha estado haciendo con la vista puesta en las elecciones generales de noviembre.
Usaron el covid para hacer trampa. Y también hicieron muchas otras cosas. No vamos a permitir que eso suceda (…) Nunca puedes olvidar la historia, porque si la olvidas, nunca, nunca te recuperas de ella. Y la repites.
Durante meses, Trump ha estado alegando que podría ser víctima de fraude en noviembre, haciendo el mismo tipo de acusaciones explosivas e infundadas que alimentaron el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio y que han seguido provocando una ola de amenazas contra los trabajadores electorales en todo el país.
Cantar “fraude” preventivo: táctica de Trump ante posible derrota
Trump hizo acusaciones similares antes de las elecciones de 2020, prediciendo durante meses que habría un fraude generalizado en noviembre y sosteniendo que solo podría perder si le robaban las elecciones.
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