Tomas tu café, disfrutas unos instantes su sabor y aroma, pero descubres unas notas exóticas a nuez, cereza ahumada… y de pronto te encuentras pensando en ese vino que disfrutaste en una copa.
¿Pero qué tienen en común el café y el vino? Es una pregunta que Alec Ascencio supo resolver con su proyecto Capra Coffee que ofrece granos de café añejados en barricas vinificadas por 50 años, lo que le confiere esas notas secundarias.
Este proyecto se compartió en el Festival 100 Vinos Mexicanos 2022 que se celebró en Viñedos La Redonda. Se trata de una iniciativa única en México, como él mismo destacó, al señalar que cuenta con el registro.
Existen otros dos lugares en los que añejan café, en California añejan en barricas de whisky y en Colombia, de Ron; por lo menos aquí en México somos los primeros porque hice el registro. Somos de Monterrey”
Allí, acaparó la atención de los amantes del vino con su proyecto que se vende dentro de botellas de vidrio cerradas con un corcho, como si de un vino se tratara.
Alec explicó que cada botella contiene 300 gramos de café cosechado en Chiapas y añejado en Cuatro Ciénegas, Coahuila, durante ocho meses dentro de barricas procedentes de Lemosín, Francia, donde previamente reposó vino Ruby Cabernet de sus socios de Vitali.
El proceso de creación
Los granos de café se sacan de las barricas y se dejan respirar durante siete o nueve días sobre lonas, para posteriormente darles un tostado gourmet o medio alto.
¿Por qué un tostado medio alto?, porque si yo lo hago muy ligero no me voy a percatar de todas las notas que quiero abarcar de la barrica. Hacemos el tostado, sacamos el café ya tostado y se deja respirar, eso no nada más en el mío, en todos, porque si yo consumo el café recién tostado me sabe muy ácido, amargo”, compartió Alec.
Detalló que el proceso de dejar respirar los granos de café, previamente tostado, entre siete a nueve días es perfecto para expresos, aunque “el café es muy versátil”, siempre que cumpla las expectativas de quien lo tome.
Una vez que los granos de café pasaron por el proceso de tostado, se vierten en botellas verdes traslúcidas, se encorchan y se ponen a la venta a través de las redes sociales o en ferias y encuentros como el celebrado en Querétaro.
El café respirado se embotella, se encorcha, se encapucha y está listo para consumir”.
Los métodos sugeridos para la extracción del café son el Chemex y el V60, porque considera que así se potencian las notas a almendra, nuez y cereza ahumada.
También reconoció que el toque de la vid en la barrica es estelar: “Aquí el personaje principal es la uva, es la vid de la barrica, pero tenemos notas secundarias: almendra, nuez y cereza ahumada. Es café, pero tiene esas notas al final, ese extra”.
En taza se pueden obtener expresos, capuchinos, flat white… Para los más aventureros, Alec sugirió un expreso tónico, que se prepara con expreso, agua tónica y unas rodajas de naranja.
Prueba, error…
Para Capra Coffee hallar la fórmula no fue una labor sencilla, las pruebas duraron más de dos años, en los que cataron distintos tipos de granos de café, así como tiempos de tostado.
Hicieron muchas pruebas para poder sacar el proceso; se hicieron pruebas durante dos años: si se tuesta un poquito de más, se amarga; si se tuesta un poquito de menos, no le da el sabor a las notas del vino. Igual con el añejado, se hicieron muchas pruebas. Añejarlo durante un mes, durante dos meses, durante un año…”.
Finalmente se decantaron fue por el café de Chiapas, puesto que éste soporta mayor humedad, lo que le permite permanecer en las barricas de vino y añejarse antes de generar hongos.
Si te animas a probar Capra Coffee y deleitarte con este proyecto, puedes contactarlos directamente en su cuenta de Instagram.
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