El presidente ucraniano queda satisfecho tras la promesa de la OTAN de nuevas garantías de seguridad, pero no con su inclusión
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, inauguró la primera reunión del nuevo consejo OTAN-Ucrania en la capital lituana, Vilna, con unas amables palabras. “Es un verdadero honor darte la bienvenida entre nosotros, mi querido amigo Volodimir Zelenski. ¡Bienvenido!”, dijo Stoltenberg.
El presidente de Ucrania sonrió y pareció satisfecho de que ahora se le permitiera hablar con la OTAN, en pie de igualdad ante el nuevo organismo.
Así se daba por restrablecida la armonía entre Ucrania -atacada por Rusia-, y la alianza militar, que le suministra armas y equipamiento.
Y todo ello a pesar de que finalmente no se cumplió la exigencia inicial de Zelenski de recibir una invitación para ingresar en la OTAN en un periodo de tiempo determinado.
Los miembros de la alianza militar, que pronto serán 32, sólo quieren decidir si Ucrania puede convertirse en el número 33 en algún momento, siempre que se cumplan las condiciones y todos los aliados estén de acuerdo.
Un día antes, el presidente ucraniano había criticado duramente esta fórmula un tanto nebulosa de la OTAN. Pero hoy, entre fuertes aplausos, Zelenski añadía con confianza: “¡Ucrania hará más fuerte a la OTAN!” Al fin y al cabo, dijo, el ejército estaba luchando por los valores occidentales e impidiendo que el agresor ruso atravesara al territorio de la alianza.
La OTAN promete garantías de seguridad para Ucrania
El G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania) quiere pagar la ayuda y las contribuciones financieras, que ascienden a miles de millones, de forma permanente. Así lo acordó el grupo al margen de la cumbre de la OTAN encabezada por el presidente estadounidense Joe Biden, quien calificó estas promesas de garantías de seguridad.
“Podemos decir que los resultados de esta cumbre son buenos, pero serían óptimos si tuviéramos una invitación”, admitió al final Zelenski, que añadió que la decisión abre nuevas oportunidades para la seguridad.
No obstante, dichas las garantías de seguridad del G7, definidas como una solución provisional hasta el ingreso definitivo de Ucrania en la OTAN, no incluyen el envío de tropas o personal a Ucrania. Se trata principalmente de material y dinero, según aclaró en Vilna la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock.
Ni hay ingreso para un país en guerra
Para el presidente estadounidense, Joe Biden, está descartado tener que enviar soldados a Ucrania por obligación de asistencia mutua en virtud del artículo 5 del Tratado de la OTAN.
“Ucrania no puede convertirse en miembro ahora, porque la obligación de estar a su lado arrastraría a la OTAN directamente a una guerra”, explica el exasesor de seguridad de la antigua canciller alemana Angela Merkel.
En opinión de la politóloga Margarita Seselgyte, de la Universidad de Vilna, con su decisión unánime de aumentar la ayuda a Ucrania, pero no de invitarla, la OTAN ha mostrado unidad, aunque ésta podría resquebrajarse rápidamente cuando haya que tomar decisiones políticas sobre el futuro de Ucrania después de la guerra.
Según Seselgyte, las dudas de la OTAN sobre la adhesión de Ucrania no son una buena señal, ya que Putin podría tener la tentación de alargar la guerra para impedir la ampliación de la alianza.
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