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La oxitocina se dispara cuando los usuarios tienen más seguidores, interacciones o posts ‘exitosos’ en Instagram y sus redes sociales.

La oxitocina es la hormona del placer. Además de inhibir el dolor físico en el cuerpo, se encarga de regular las emociones disfrutables. Entre ellas, figuran la felicidad, la empatía y el cariño por las personas en el círculo social más cercano. Un estudio reciente de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, reveló que los niveles de esta sustancia se alteran al interactuar con las redes sociales. Entre las generaciones más jóvenes, el fenómeno se aprecia con más claridad en Instagram. Esta hormona se produce en el hipotálamo para desencadenar sensaciones placenteras. Por ejemplo, cuando nos sentimos a gusto con un grupo de amigos, familiares o personas cercanas. La investigación analiza la manera en la que las relaciones sociales en línea —como sucede con Instagram— también inciden actualmente en la regulación de la oxitocina. Publicada recientemente en Cell, los investigadores en Singapur detectaron que este fenómeno se dispara cuando los usuarios se sienten más valorados al tener más seguidores, interacciones o posts ‘exitosos’ en sus redes sociales. Sin embargo, el efecto inverso es potencialmente devastador para la salud mental de los jóvenes que no cuentan con este tipo de dinámicas en línea —y que, en la mayor parte de los casos, aspiran a tenerlas.

Desde la inmediatez

El estudio se centró en jóvenes que se identifican como ‘nativos digitales’. Este segmento de la población mundial se caracteriza por abarcar a las generaciones de personas que, desde sus primeras etapas de desarrollo, han tenido un contacto íntimo con la virtualidad, la inteligencia artificial y la tecnología. De manera casi ‘natural’, se relacionan fácilmente con las redes sociales y los entornos digitales, que han asimilado desde edades muy tempranas.

Para los científicos de Nanyang, la clave entre la relación de Instagram con la oxitocina está en cómo entendemos y practicamos las relaciones sociales en la actualidad, desde la inmediatez:

“Hoy en día, la socialización se lleva a cabo tanto en línea como fuera de línea, lo que induce a los investigadores a examinar no sólo las interacciones sociales en persona, sino también las interacciones sociales virtuales”, explican en su artículo.

Como la hormona de los apegos, parece ser que no sólo se modifica con las interacciones en redes sociales, sino que favorece una dependencia hacia este tipo de plataformas. El cuerpo demanda ciertos niveles de oxitocina básicos para mantenerse saludable. Los efectos se aprecian a nivel físico y mental.

Instagram, oxitocina y dependencia

Cuando nuestros niveles de oxitocina dependen de Instagram —o se propulsan con nuestra actividad digital—, el cerebro busca este tipo de gratificación cada vez con más fuerza. Más aún cuando se trata de fortalecer los vínculos socio-afectivos de los seres humanos:

“Entre los múltiples factores que dan forma a la sociabilidad, las influencias ambientales como la educación familiar, el vínculo de los padres y el apego de los adultos juegan un papel en la regulación de la sociabilidad en persona y en línea”, escriben los autores en el estudio.

Por esta razón, aseguran que la salud mental de las personas en la actualidad está íntimamente relacionada con el uso que hacen de sus redes sociales. El hecho de que Instagram incida en los niveles de oxitocina de los usuarios podría entenderse, desde este punto de vista, como una consecuencia de cómo entendemos las relaciones íntimas en la actualidad, incluso desde las plataformas digitales.

El problema es que el torrente de información que procesamos desde las redes sociales es inmediato y efímero. A pesar de que las fotos, videos y comentarios de nuestra comunidad están ahí, desaparecen con la misma celeridad con la que se publican. Mientras el cansancio y la sensación de aislamiento se incrementan, un vacío profundo embarga a las personas. Podría ser que no sólo se trate de una cuestión emocional. Hoy en día, Instagram regula la oxitocina de las personas.

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