La comisión de Cultura en la Cámara de Diputados no ha recibido la iniciativa que prepara la Presidencia de la República para fusionar el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Morena indicó que una vez que les sea enviado el proyecto de decreto convocarán a todas las fracciones, “y a los interesados”, para analizar a fondo su contenido; porque la política del gobierno es abiertamente favorecedora de los grupos minoritarios.
Reiteró que “si el Ejecutivo nos manda eso, es porque lo tiene absolutamente calibrado, estudiado”, a la vez que dio su voto de confianza al trabajo de la Secretaría de Cultura federal (SC).
La SC argumentó que el propósito es que la infraestructura comunitaria del INPI “permita mayor alcance e impacto de las acciones de estudio, institucionalización y salvaguarda de las lenguas indígenas nacionales”.
El legislador Ortiz Tejeda insistió en que antes de aprobar la propuesta presidencial “tendremos que escuchar todas las voces con el fin de ver qué beneficios se pueden conseguir a corto o largo plazos”.
En tanto, el diputado Hirepan Maya, también integrante de la bancada de Morena y secretario de la comisión de Cultura en San Lázaro, sostuvo que, “a reserva de conocerla primero, entiendo que es en el sentido de fortalecer el rescate de la lengua.
Hasta el cierre de esta edición, la SC no había respondido una solicitud de este diario para detallar el tema.
Fusionar cultura y tradición
El Inali es un organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios. Fue creado durante el sexenio de Vicente Fox.
De acuerdo con la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de 2003, el Inali tiene principalmente los objetivos de promover el fortalecimiento, preservación y desarrollo de las lenguas indígenas que se hablan en el territorio nacional.
El politólogo Henio Hoyo señaló que si el INPI fuera una institución sólida y con los recursos suficientes, tendría sentido una fusión entre ambas dependencias.
“El trabajo que hace el Inali es titánico, con un presupuesto casi inexistente. El año pasado le dieron 68 millones de pesos, para 2022 tendrán 71 millones, pero, ¿eso alcanza para rescatar los idiomas originarios de México? Es ridículo.
Hasta 2012 el presupuesto para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas era de 10 mil millones de pesos. En 2015 llegó a 12 mil millones. Pero de ahí en adelante se ha convertido, literalmente, en nada.
Hay un retorno a una versión de arriba hacia abajo de lo que es la administración pública”, concluyó el doctor en ciencias sociales y políticas, especialista en nacionalismos y catedrático de las universidades de Monterrey y Nacional Autónoma de México.
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