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En este Día de San Valentí, Lupita y Haramis recuerdan su lucha para ser reconocidas legalmente con un matrimonio igualitario.

Lupita y Haramis son esposas, en 2016 un amparo promovido abrió la puerta para que en 2019 en Hidalgo se aprobara el Matrimonio Igualitario.

En el marco del Festejo de San Valentín, la pareja compartió su historia.

Ellas son la primera pareja de mujeres que pudo casarse en la entidad.

Su lucha empezó con la interposición de un amparo, en el que enunciaron la violación de sus derechos al no poder contraer matrimonio.

Un derecho que sí estaba garantizado para las parejas heterosexuales.

Yolanda Molina, activista por los derechos de la población LGBTTTIQ, acompañada de México Igualitario, fue la responsable de interponer amparos para presionar a que el Congreso de Hidalgo modificara la ley.

Luego de un largo camino, el 14 de mayo del 2019 finalmente la 64 legislatura aprobó la reforma a la Ley para la Familia.

Con un total de 18 votos a favor, dos en contra y ocho abstenciones. Las bancadas del PRI, PT y Nueva Alianza se abstuvieron de votar.

Antes se enunciaba que el matrimonio se conformaba de un hombre y una mujer, la reforma indica que ahora es entre dos personas, cualquiera que sea su género.

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Lupita y Haramis…

Su historia es emblema de la unión, de saber que pertenecen la una a la otra, han luchado contra todos los prejuicios para nombrarse “esposas”.

Para ellas lo más importante es que más allá del sentimiento que tiene una por la otra, la ley las proteja y les garantice derechos que están dentro del matrimonio.

Para ellas fue importante iniciar la lucha, no fue sencillo, hubo que esperar sentencias, resoluciones y documentos.

El proceso que ellas iniciaron sentó el precedente para la entidad.

Actualmente el derecho se puede consumar en las 84 oficialías del Registro Familiar. En todo el estado de Hidalgo es permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Lupita describió que ha habido cambios notables, uno de ellos es la promoción para que las parejas ya se pueden casar sin pasar trámites engorrosos.

Pese a que la situación legal es favorecedora, en la sociedad todavía viven los prejuicios, en las instituciones de salud, en la vida cotidiana y en los medios de comunicación.

La violencia contra personas con orientaciones sexuales distintas, existe.

Las instituciones de salud aún tienen cuentas pendientes al tratar sin prejuicios a parejas del mismo sexo, no sólo al rendir informes médicos sino a tratar padecimientos.

Para ellas, la violencia y la falta de garantía de derechos a este sector de la población es por la educación acerca de las diferentes formas de amar y ser amado.

Ya que eso da como consecuencia que las personas que están en puestos de toma de decisiones, forjen un Estado que violenta a la comunidad LGBTQ+.

El objetivo es que en las políticas que haga el gobierno estatal se incluya a las familias de la diversidad sexual.

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