“Somos periodistas, nuestra misión es clara: distinguir entre hechos y ficción” dijo Muratov, cofundador de Novaya Gazeta
Los periodistas filipina Maria Ressa y su colega ruso Dimitri Muratov hicieron este viernes una defensa de la libertad de expresión y alertaron sobre las amenazas que sufre en todo el mundo al recibir el Nobel de la Paz.
“Necesitamos ecosistemas de información que vivan y mueran con hechos. Lo haremos cambiando las prioridades sociales para reconstruir el periodismo del siglo XXI”, dijo en su discurso Ressa.
Ressa habló de la necesidad de “abrazar” las nuevas tecnologías, una idea compartida por Muratov.
“Somos periodistas, nuestra misión es clara: distinguir entre hechos y ficción. La nueva generación de profesionales sabe cómo trabajar con datos”,
Dimitri Muratov
Ressa, que dirige el medio digital Rappler, apuntó al “juego moral de poder y dinero” impulsado por las redes sociales que controlan las grandes corporaciones estadounidenses.
Así denunció que Ferdinand “Bongbong” Marcos, hijo del fallecido dictador, lidera la carrera electoral en Filipinas gracias a una “extensa red de desinformación en redes sociales”.
Alzan la voz
“En menos de dos años, el Gobierno filipino emitió diez órdenes de arresto contra mí, he tenido que pagar fianza diez veces para hacer mi trabajo.
El año pasado, yo y un antiguo colega fuimos condenados por difamación por una historia publicada ocho años antes cuando la ley supuestamente violada no existe.
La Corte de Apelaciones dio la autorización hace una semana, está inmersa en varios procesos judiciales por sus investigaciones periodísticas.
El periodismo en Rusia atraviesa “un valle oscuro”, dijo Muratov, y denunció que un centenar de periodistas, medios y activistas han sido tachados de “agentes extranjeros” y algunos han tenido que abandonar el país.
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