Cuando son más las empresas privadas interesadas en explorar el espacio, expertos del sector creen que esta tendencia provocará muchos avances tecnológicos, aunque con la perspectiva de que también se producirán desastres espaciales y se perderán vidas.
La presentación de un modelo a escala real del “avión espacial” de la compañía Sierra Space, en el show tecnológico de Las Vegas (CES), es una prueba del comienzo de la era del mercado espacial, que tiene potencial en los avances tecnológicos y a su vez, conlleva riesgos.
Sierra Space, filial de la empresa Sierra Nevada, quiere que su nave espacial de nueve metros, denominada “Dream Chaser”, lleve a cabo sus primeras misiones este año. Apostándole a la nave reutilizable como la piedra angular de sus ambiciones.
“Antes, solo los gobiernos podían hacerlo. Ahora, los seres humanos comunes pueden ir al espacio”, explicó a la AFP Neeraj Gupta, responsable de Sierra Nevada.
El transbordador fue diseñado para transportar personas y equipos. Desde y hacia las instalaciones espaciales comerciales que la empresa planea construir en los próximos 10 años. Especialmente un sistema de estructuras inflables destinadas a acoger a los humanos en órbita.
Sierra Nevada firmó un acuerdo con la NASA para los vuelos no tripulados a la estación espacial internacional, que deben comenzar en 2022. Y colabora con la compañía Blue Origin, de Jeff Bezos, cofundador del gigante del comercio en línea Amazon.
Proyectos comerciales anteriores
Los proyectos comerciales relacionados con el espacio avanzan a un ritmo vertiginoso, en particular con los lanzamientos de cohetes de SpaceX. La empresa fundada por Elon Musk, dueño de la empresa de automóviles eléctricos Tesla, que transporta astronautas para la NASA.
En 2021, el viaje espacial de Bezos, a bordo de un cohete de la propia Blue Origin, desató fascinación y críticas por la “carrera al espacio” que se libra entre multimillonarios.
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