La situación de violencia en México y la marginación social y económica ponen en riesgo a miles de niñas, niños y adolescentes de llegar a ser reclutados por el crimen organizado, así como más cerca de dos destinos: la cárcel o la muerte.
Así lo expusieron este martes el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), que alertaron sobre que entre 145,000 y 250,000 menores están en peligro de ser reclutados por algún grupo de la delincuencia organizada.
Al participar en el foro “La justicia de adolescentes en México“, organizado por el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), las organizaciones advirtieron que ser joven en México es peligroso, sobre todo ante la falta de políticas públicas que atiendan la violencia general en el país.
“Las políticas públicas que existen son electoreras y reactivas”, señaló Francisco Rivas, director del ONC.
Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Redim, mencionó que urge la tipificación del delito de reclutamiento infantil porque, cuando los menores entran en las redes del trabajo de la delincuencia, se tiene que partir de la premisa de que son víctimas antes que victimarios.
“Las políticas punitivistas, lejanas a los derechos, y que se incrementen las penas hacia los jóvenes no son una solución; la solución está en resolver las causas sociales que hacen que niñas, niños y adolescentes vean en la filiación al crimen organizado una única salida de supervivencia”, expresó.
En septiembre pasado, la Redim y el ONC publicaron el informe Reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos en México. Acercamientos a un problema complejo , en el que se reporta que 22.3% de los menores de seis a nueve años de edad declaró ser víctima de maltrato.
Los jóvenes no están ahí voluntariamente, vienen de un contexto de violencia y no tienen otra salida; sí es la pobreza, pero también en algunos casos su vida depende de la filiación al crimen”. Tania Ramírez, de la Redim
La activista enfatizó que el reclutamiento de menores no puede considerarse como un tipo de trata o trabajo infantil, porque esto invisibilizaría aún más el problema. “El trabajo es un derecho, el reclutamiento es un delito“, dijo.
Rivas indicó que no solo los grandes cárteles utilizan a los menores; también están familias delictivas, pandillas en colonias y grupos pequeños.
“Para ellos, los menores son carne de de cañón que fácilmente son repuestos en caso de que sean detenidos o asesinados”, declaró.
Asimismo, enfatizó que no existe un solo tipo de reclutamiento: puede ser desde actividades de secuestro, narcotráfico o extorsión. Es decir, los menores no son solo ‘halcones’, sino que se les capacita para participar en toda la actividad criminal.
Rivas expuso que para proteger al sector es urgente crear una base de datos oficial sobre los menores reclutados (actualmente no existe), así como hacer frente a la situación general de la violencia en el país y la implementación de políticas públicas específicas.
De acuerdo con otro informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), del total de adolescentes en centros de detención, el 35% señaló que formaba parte de un grupo de la delincuencia, mientras que 27% dijo haber cometido algún delito en asociación con la pandilla de la que formaba parte.
La vinculación a un grupo delincuencial es, en ocasiones, la única forma que tienen los menores para salir de un contexto de marginación social y económica”. Francisco Rivas, del ONC
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