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La organización empresarial “Procentro” en la localidad, informó este lunes que, al hacer un balance de lo ocurrido en el año y medio que lleva la contingencia por la pandemia del Covid-19 en el país, más de un millón 600 mil grandes, medianas y pequeñas empresas cerraron en forma definitiva por quiebra.

El secretario de esa agrupación, Enrique Aníbal Núñez, dio a conocer que la situación económica sigue siendo muy difícil pues, tan solo en Tapachula, ya van unos 600 establecimientos que tuvieron que suspender sus actividades por esas causas.

Esa situación se ha agudizado porque, a pesar de la magnitud del problema, no hubo apoyo gubernamental para el rescate económico del país y, por lo contrario, aumentó la carga fiscal, sostuvo.

Señalo que se ha evitado ayudar a los comerciantes y que, en términos generales, la política económica implementada en los últimos tres años ha dejado como resultado, el crecimiento alarmante de la pobreza extrema.
Incluso, han considerado que la situación no mejorará, si no se reestructura por completo el modelo económico y financiero actual, además de los programas gubernamentales.

Comentó que, si a nivel nacional fueron más de 14 millones de personas desempleadas, en Tapachula se podría estar hablando de más de 6 mil que se han quedado sin trabajo.

Los empresarios que ya no pudieron sostener sus empresas ahora están buscando dónde emplearse para seguir su vida, y lo peor es que siguen cerrando establecimientos, recalcó.

Aunando a esa crisis, dijo, se vino también una oleada de aumentos de precios del gas -incluido el Bienestar-, la gasolina, el servicio eléctrico, los insumos, la canasta básica, fletes y otros, que se habían prometido se bajarían a cambio de los votos electorales.

Según su versión, esos precios en lugar de bajar ahora son los más altos de la historia de México, y todos los días se siguen incrementando.

Dejó en claro que ahora resulta mejor tener un carro que use gasolina y ya no de diesel, por los altos costos de ese combustible.

A razón de ejemplo, reveló que hay empresarios que pagaban fletes de entre mil 200 y mil 600 Pesos, pero ahora son al doble.

Aclaró que no se trata de observaciones con tintes políticos, sino una realidad que está arrastrando a todos los sectores productivos en el país a un hundimiento económico, “donde los que tienen que pagar los platos rotos son los consumidores”.

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