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Las amenazas de muerte siguen llegando al teléfono de Ceci Flores, líder y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

Ceci Flores fue amenazada de muerte

El objetivo de éstas, que deje de buscar a sus hijos Marco Antonio y Alejandro, desaparecidos en Sonora y Sinaloa.

El pasado lunes, la madre de cuatro recibió una llamada telefónica de un número desconocido, donde le advierten que si continúa con la búsqueda de sus hijos habrá consecuencias.

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Sin embargo, la activista asegura que no se dejará amedrentar e intimidar por estas personas, quienes quieren que abandone a sus hijos, por lo que continuará escarbando tierra y piedras en el monte, en los lotes baldíos hasta encontrarlos.

La líder del colectivo señala que aunque se preocupa por sus hijos que la acompañan, lo que más la angustia morir sin haber encontrado a Marco Antonio y Alejandro.

“No hay miedo más grande en mí que morir sin haberlos encontrado”, dice.

Esta nueva amenaza la hizo pública en redes sociales, donde ha recibido todo tipo de mensajes de ánimo y apoyo, pero no así de autoridades.

Sigue la búsqueda

Desde hace más de un año iniciaron las amenazas de muerte contra la fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

Todo comenzó con el asesinato de Aranza Ramos, una joven madre que buscaba a su esposo desaparecido en Guaymas. Hombres armados la asesinaron en plena vía pública, en junio de 2021.

Con el homicidio de una de sus integrantes llegaron más ataques. A otra de ellas la privaron de la libertad por unas horas y la golpearon.

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Ceci Flores ha recibido amenazas de todos las formas y colores: por mensajes de texto, por comentarios en redes sociales y también por llamadas telefónicas, como ocurrió con esta última.

Aún así, la activista no se ha dejado amedrentar y aunque había salido fuera de Sonora para resguardarse bajo el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, arriesga su seguridad para regresar y realizar jornadas de búsqueda en el campo.

“Deseo que nunca más ninguna madre, padre y nadie duerma llorando por un hijo, hija o familiar desaparecido”, escribió en sus redes sociales en una de sus últimas búsquedas.

Su hijo mayor, Alejandro, desapareció en Los Mochis, Sinaloa en 2015 y Marco Antonio, su otro hijo, desapareció a las afueras de Hermosillo, Sonora, en octubre de 2019.

A partir de ese año decidió tomar acciones por su cuenta, ante la indiferencia de autoridades y se unió a otras madres para buscar a sus hijos.

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