Los habitantes de San Pedro Chametla luchan por las tierras de Playa Espíritu, que están en poder de Fonatur, argumentan que estás asignadas con un plano y un título virreinal.
Al parecer los terrenos de Playa Espíritu que serán rifados por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, parecieran no estar del todo en regla.
Según informes, dichos terrenos fueron sustraídos por parte de Fonatur en 2011 como parte de una construcción que el presidente en turno Felipe Calderón.
Dicho proyecto aseguraba que traería turismo a la playa, asegurando que sería el próximo “Cancún“, es decir, unos de los atractivos más importantes del país.
Esto claramente no ocurrió, tras la gestión de Calderón y su obra que nunca termino (ni inicio) arranco el periodo de Enrique Peña Nieto.
La cosa no fue diferente que que en su administración EPN no destino presupuesto para esta construcción, asegurando que no era prioridad para su gobierno, además que su predecesor dejo muchos cabos sueltos.
Dicho viacrucis no trae a la gestión actual del presidente López Obrador, donde desde el primer día se desechó el proyecto.
El argumento es claro, es una perdida total de recurso en un lugar donde no esta regulado del todo.
Además que el plan se desechó en medio de acusaciones de que la compraventa de esos terrenos fue un fraude al Estado mexicano, pues se adquirieron a más de 100 millones de dólares, con un supuesto sobreprecio.
A ciencia de esto, López Obrador decidió, en cambio, rifar el terreno lote por lote, empezando por los 400, de mil 500 metros cuadrados cada uno, ubicados sobre los 12 kilómetros a la orilla del mar. La primera rifa fue este domingo.
Un pleito antiguo, que provendría desde los tiempos virreinales
Los habitantes de Chametla que luchan por esas tierras en poder de Fonatur argumentan su defensa con un plano y un título virreinal, que datan de 1715.
Los inconformes aseguran que esos terrenos comprados por Fonatur fueron adjudicados irregularmente para sí por Toledo Corro, cuando fue secretario de la Reforma Agraria, en 1978, en el sexenio de José López Portillo.
Por eso, en 2008, cuando se anunció el proyecto de Playa Espíritu, iniciaron la lucha por recuperarlos con una invasión simbólica, que terminó en el desalojo con granaderos en 2011.
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