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El 14 de julio de este año, Gabriela Carrasco Hernández, trabajadora del Hospital General de Pachuca, vio que en su recibo de nómina le descontaron 3 mil 697 pesos de un préstamo.

Gabriela fue a Recursos Humanos de la Secretaría de Salud de Hidalgo para preguntar el motivo del descuento.

Me salen que tengo un préstamo que ellos ignoran, que no saben, pero que una hoja les llegó sobre eso y que me van a descontar.

Ante la falta de información por parte del área, investigó a Tesa, encontró que hay unas oficinas en el libramiento Las Palomas, en Mineral de la Reforma, por lo que acudió para pedir una explicación sobre el supuesto préstamo.

Sin embargo, la mujer que la atendió se limitó a decirle que, efectivamente, había solicitado un apoyo económico por 110 mil pesos y que fue en 2017.

Asimismo, que el motivo por el cual no le habían descontado antes era porque “no tenía solvencia económica para liquidar”.

Ha trabajado duro

Gabriela recordó que en 2015 logró una plaza después de ocho años de estar por contrato, por lo que tenía acceso a diversos beneficios, como pedir préstamos o sacar una casa.

En ese sentido, decidió tramitar tres préstamos, uno que tuvo que pagar en dos años y meses, aproximadamente.

Otro con el ISSSTE, que terminó en dos años y medio, y otro con Caja Libertad, el cual tardó en liquidar cuatro años; es decir, en 2019.

Debido a esto, piensa que tal vez por estar pagando tres créditos no le hicieron los descuentos del último que presuntamente solicitó.

Sin embargo, no le “cuadra” que a tres años de haber concluido con sus pagos, apenas comiencen con otros descuentos de un supuesto préstamo adquirido en 2017.

El descuento de más de 3 mil pesos repercute en su economía de manera grave, ya que su esposo se encuentra desempleado y ella es el único sostén de su familia.

Además, derivado de esto tuvo que poner un negocio para poder salir adelante.

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