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Cada 25 de noviembre, a lo largo y ancho del planeta resuenan las voces que denuncian la violencia de género. La elección de esta fecha no es casual. Detrás están las hermanas Mirabal, tres mujeres que hicieron frente a la dictadura sangrienta de Rafael Trujillo en República Dominicana y fueron brutalmente asesinadas.

Los cuerpos destrozados de Minerva, María Teresa y Patria Mirabal aparecieron el 25 de noviembre de 1960 en un jeep en el fondo de un barranco del noreste de República Dominicana.

Un escuadrón que había enviado “el Chivo” uno de los apodos con el que se conoció a Trujillo las había interceptado horas antes cuando volvían de ver a sus esposos, que se encontraban encarcelados. Las golpearon con brutalidad, las estrangularon y las mataron, así como a Rufino de la Cruz, el conductor del vehículo en el que viajaban.

Para ese momento, las hermanas Mirabal, conocidas como “Las Mariposas”, ya eran una voz reconocida de la resistencia anti-Trujillo: llevaban años de fuerte activismo contra un régimen que se caracterizaba por eliminar de manera sistemática a sus opositores.

Tanto es así que, según reseña la ONU, poco antes de su asesinato, Trujillo, considerado uno de los tiranos más sangrientos de la historia de América Latina, había dicho que tenía dos problemas: la Iglesia y las hermanas Mirabal.

Minerva, la hermana del medio, fue la que más se destacó de las tres. Desde joven, “El jefe”, otro de los varios apodos de Trujillo, puso los ojos sobre ella. Según explica una reseña de la Universidad Nacional Autónoma de México la familia Mirabal, oriunda de un poblado llamado Ojo de Agua, fue invitada a una recepción del dictador en 1949. Allí Trujillo se fijó en Minerva e intentó un acercamiento, pero sin éxito.

Violencia de género cubierta de poder

En 1954, la joven conoció a quien un año después sería su esposo: Manolo Tavares. Este estudiante de derecho y opositor a la dictadura de Trujillo fue el primer presidente de la Agrupación 14 de Junio, un movimiento contrario al régimen en el que las hermanas jugaron un papel destacado. Tavares, como muchos otros integrantes, terminó en la cárcel.

Patria y María Teresa, la menor de las tres, también tuvieron un rol protagónico en la resistencia contra la dictadura. Y por eso mismo las mataron. “Las hermanas Mirabal fueron brutalmente asesinadas por ser mujeres y activistas. Su único crimen fue haber luchado por sus derechos contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo”, dice la Unesco.

Su homicidio, lejos de acallar las voces disidentes, aumentó la presión contra el régimen de Trujillo. Menos de un año después, el 30 de mayo de 1961, un grupo de disidentes lo emboscó y fue asesinado.

Una cuarta hermana, que no había estado involucrada de manera tan activa en la lucha, Bélgica Adela (Dedé), sobrevivió para honrar su memoria.

En 1999, la Asamblea General de la ONU proclamó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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