Testigos confirman que Donald Trump no hizo nada para detener asalto al Capitolio
Testigos aseguran que Donald Trump se quedó 3 horas viendo televisión mientras sus partidarios asaltaban el Capitolio el 6 de enero.
El expresidente Donald Trump fue acusado de negligencia en el cumplimiento de su deber al no haber hecho nada para detener el asalto al Capitolio el cual se llevó a cabo el 6 de enero de 2021.
El Comité Selecto de la Cámara de Representantes, reveló en un audiencia que los testigos aseguraron que el expresidente se sentó por horas a ver la televisión mientras se llevaba a cabo un intento de golpe de Estado.
Ignorando las peticiones de sus hijos y de sus asesores cercanos para tratar de persuadir a sus partidarios de detener la violencia.
El presidente del comité, Bernnie Thompson, indicó que Trump “Intentó destruir nuestras instituciones democráticas. Convocó a una turba en Washington”.
Aseguró que el ex presidente “abrió el camino para la anarquía y la corrupción, mintió, intimidó, traicionó su juramento” para así impedir una transición pacífica del Poder Ejecutivo por primera vez en la historia de Estados Unidos.
Donald Trump se habría quedado tres horas sin hacer nada…
En la sesión pública hablaron de inacción de Trump durante 187 minutos que transcurrieron entre el final de su discurso en un mitin detrás de la Casa Blanca.
Donde instó a sus partidarios a marchar hacia el Capitolio, y la publicación de un video donde les dijo que se retiraran del lugar.
Ante estas acciones, la disputada Liz Cheney indicó que el objetivo de Trump era retrasar la certificación del Congreso de la victoria electoral de Joe Biden.
Incluso se dice que trató de forzar a su vicepresidente, Mike Pence, a otros funcionarios y al Departamento de Justicia, de violar la ley.
“A los 15 minutos de abandonar el escenario (después de su discurso en la casa Blanca), sabía que el Capitolio estaba sitiado y bajo ataque”.
Elaine Luria, quien forma parte del comité investigador.
Cheney asegura que aunque Trump niega su participación, ese 6 de enero en el capitolio se presentó una “turba armada enojada que el presidente envió al Capitolio. Esa turba era violenta y destructiva, y muchos llegaron armados”.
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