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La Comisión Nacional del Agua (Conagua) declaró este martes el inicio de la emergencia por la sequía en México.

Casi siete de cada 10 municipios, 571 ayuntamientos en todo el país, no cuentan con todo el líquido necesario, de acuerdo con el último monitoreo con corte al pasado 30 de junio.

Conagua declaró el inicio de emergencia por la sequía en 2022

La declaratoria permite al organismo adoptar medidas extraordinarias para mitigar la escasez y garantizar un equilibrio en el suministro para uso agrícola, industrial y doméstico en las zonas afectadas.

Lo anterior de acuerdo con un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, que entra en vigor este mismo miércoles.

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Las Zonas más afectadas por la sequía

La región más afectada por la sequía es la franja norte del país. Todos los municipios de los Estados fronterizos de Baja California y Sonora están afectados por la falta de agua.

Las ciudades bajacalifornianas de Mexicali y Ensenada, por ejemplo, enfrentan condiciones de sequía extrema.

Ocurre el mismo caso en urbes sonorenses como Hermosillo, Guaymas, Nogales y San Luis Río Colorado.

Las entidades de Chihuahua y Coahuila también están prácticamente secas: alrededor del 95% de su municipios enfrentan algún grado de escasez.

En el noreste, prácticamente todas las localidades que conforman la zona metropolitana de Monterrey, la segunda aglomeración urbana más importante del país, afrontan un escenario “anormalmente seco”:

Específicamente los municipios de Monterrey, San Nicolás de los Garza, San Pedro Garza García, Apodaca, Pesquería, Escobedo y Guadalupe, entre otras.

Mientras que en Tamaulipas, siete de cada diez municipios no tienen líquido suficiente.

En el Bajío, un importante motor industrial y de producción agrícola, Aguascalientes tiene todos sus municipios con algún grado de sequía; Querétaro, más del 94%, y Guanajuato está también por encima del 70%.

En el Pacífico, dos de cada tres municipios están secos en Sinaloa, otro gigante de la agroindustria.

Por el contrario, Ciudad de México y la península de Yucatán, en cambio, no presentan ningún problema de este tipo.

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La declaratoria de emergencia tiene implicaciones, sobre todo, para la industria y la agricultura, que concentran más del 80% del consumo en el país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Los grandes concesionarios deberán dar aviso a las autoridades y ceder parte o la totalidad del suministro de agua que reciben o que no utilicen a terceros con baja disponibilidad de líquido.

“Entre las medidas transitorias concertadas, se prevé la limitación temporal a los derechos de agua existentes, a través de la reducción provisional de volúmenes a los usuarios de las cuencas que se encuentren en condición de sequía severa, extrema o excepcional, a fin de abastecer agua para uso doméstico y público urbano a las poblaciones que se encuentren sin este recurso natural por efecto de dicho fenómeno”, se lee en el decreto. Estas acciones se mantendrán hasta “el momento en que las condiciones hidrometeorológicas así lo permitan”.

Sólo es el inicio de la emergencia

Dante Hernández, subgerente de regulación técnica de la Conagua, aclaró que se trata sólo del inicio de la emergencia, y que aún no se puede hablar de una declaratoria de emergencia en sentido amplio.

“Este acuerdo permite contar con un marco de actuación para implementar diversas medidas transitorias [en los lugares que se requiera]”, dice Hernández, “así como otras medidas de común acuerdo”.

Este tipo de acuerdos se han promulgado cada año desde 2015, como parte de un plan preventivo de las autoridades.

“Las sequías son recurrentes en nuestro país cada año, por lo que es importante llevar a cabo acciones de mitigación”, agregó.

Crisis del agua en Nuevo León

En Monterrey, que aqueja desde hace varias semanas la escasez, vecinos de varias colonias bloquearon algunas vialidades durante horas en la tarde del lunes.

La crisis del agua se convirtió en un frente abierto para el mandatario estatal Samuel García, que a su vez ha tenido roces y negociaciones con las autoridades federales.

“El agua le toca a Conagua”, dijo García hace un mes. En la desesperación, el gobernador incluso llegó a declarar “no soy Tláloc”, el dios de la lluvia en la mitología mexica.

El titular de la Comisión, Germán Arturo Martínez, achacó la gravedad de la sequía en Nuevo León, a varios factores, como el fenómeno climático de La Niña.

Además, de lluvias por debajo del promedio en los últimos cinco años y la explosión demográfica en la región, que prácticamente se ha duplicado en los últimos 30 años.

En lo que va de año, la Conagua ha repartido más de 20,2 millones de litros de agua potable en pipas para apoyar en el suministro de 160.000 habitantes de Monterrey.

La institución confía que la situación mejore si se anteponen los criterios técnicos a los políticos y en cuanto se intensifiquen las lluvias.

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