Sería histórico que hubiera 4 mujeres en la SCJN, y que se a alguien comprometida con la protección y garantía de los derechos humanos.
Esto expuso al comparecer ante senadores Loreta Ortíz, quién aspira a ocupar el cargo ministra del máximo tribunal.
Una de tres integrantes propuestas que Andrés Manuel López Obrador remitió al Senado, para elegir a quien cubra la vacante en la Suprema Corte.
Ortiz, quien tiene una amplia trayectoria como juzgadora y académica, resaltó que de ser elegida al cargo, se comprometió a llevar adelante la reforma al poder judicial y para ello redoblar los esfuerzos en el combate a la corrupción, al tráfico de influencias y al nepotismo.
Expuso que siempre ha actuado bajo el principio de que un juzgador debe dejar aparte sus ideología política, religión o cualquier otro tema personal al impartir justicia.
Sobre el aborto, se manifestó a favor de la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia que despenalizó la interrupción del embarazo.
En todo momento, Ortiz respondió a las preguntas de orden jurídico y constitucional como a las políticas, en las que insistieron sobre todo los blanquiazules.
En su intervención inicial, expresó estar “plenamente convencida de qué mi trayectoria como jurista, académica y profesional me permite comprender a cabalidad la trascendencia que tiene el ejercicio jurisdiccional del alto tribunal para efectos de combatir o de revertir criterios de impunidad y hacer efectivo el derecho a la justicia”.
“Debemos de reconocer que la legitimidad del poder judicial no sólo puede depender de los esfuerzos para erradicar la corrupción. La legitimidad de los jueces también se encuentra vinculada a que la ciudadanía comprenda con mayor facilidad los alcances que tiene el sistema de justicia.”
Otra de las tareas pendientes involucra que los juzgadores garanticen un lenguaje claro y comprensible sus sentencias.
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